“Necesitamos de la ciencia, de la investigación científica, para ser algo más que un país de servicios, aunque sea un moderno y hasta cierto punto rico país de servicios. Nos va mucho en ello, porque no se trata solo de un problema de la ciencia en España, sino también, y acaso, sobre todo, del problema de España”. Es una reflexión que el físico y miembro de la RAE José Manuel Sánchez Ron recoge en su reciente ensayo El País de los sueños perdidos. Y es, también, la conclusión a la que llegan todas las expertas y expertos, profesionales de la ciencia, que participan en este dossier: el problema de la ciencia en España es estructural y es cultural.

Por eso, la fotografía que ilustra la portada tiene un significado más allá de lo que se ve, de lo que vemos. Muestra la germinación de un alcornoque e invita a observar con tiempo, a sembrar, a tener una mirada de más largo alcance. Porque la ciencia no se hace de un día para otro. Y esto es lo primero que hay que tener claro para avanzar: sin ese cambio en la sociedad, por supuesto, pero muy especialmente en los gobernantes, no habrá aumento de la financiación, no habrá tecnología, no habrá riqueza. Y no habrá, como dice el lema, futuro.

Hemos querido comenzar esta nueva etapa de La Marea –cambiamos diseño, formato y contenidos de la revista en papel– con un tema que teníamos pendiente y que, como en tantos otros ámbitos, la pandemia ha puesto aún más sobre la mesa. No podemos estar mirando con asombro la misión Perseverance, que lleva marca española, sin tener en cuenta que vamos varios pasos por detrás en la vacuna contra la COVID-19 por la precariedad en la que trabajan los equipos científicos. No podemos estar hablando de aumento en los presupuestos generales del Estado en inversión en ciencia sin tener en cuenta cómo los países ricos –también España– no hacen nada para que la vacuna llegue a todos. No podemos hablar de la importancia de la ciencia –incluidas las ciencias sociales y del comportamiento, que no se nos olviden– sin apostar realmente por ella.

Por tanto, en este contexto de prisas e intoxicación –la desinformación se ha quedado en pañales– no cabe otra cosa que pararse a pensar, reflexionar y ampliar el foco más allá de nuestras pantallas. Y en este punto llegamos también a El Periscopio, el nuevo suplemento cultural de La Marea. Coordinado por José Ovejero y Laura Casielles, El Periscopio, como su propio nombre indica, alude a esa visión periférica pero de forma sucesiva que necesitamos en estos tiempos. No viene sola. Hay que trabajar para conseguirla. En eso estamos en La Marea con vuestra ayuda. ¡Mil gracias siempre!